Muy alejado del estilo atrevido y transgresor al que nos tiene acostumbrados con Louis Vuitton, el diseñador nos soprende con diseños muy pret a porter: comodidad y funcionalidad se unen para dar forma a diseños sobrios pero muy elegantes y sofisticados al mismo tiempo.
La masculinidad cobra más protagonismo que nunca y los abrigos con pelo se convierten en la estrella de la Colección.
Trajes muy masculinos, chalecos y largos hasta media pierna son las premisas del diseñador para vestir a una mujer típica de los años 70; sobria pero elegante al mismo tiempo.
Los colores se muestran en sintonía y se nos presentan prints apagados donde predominan los grises, negros y, un leve toque de color, de la mano del amarillo.
Lentejuelas para la noche y mucha lana durante el día, en definitva el hoy por hoy de toda aquella working girl cosmopolitan.
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