Domingo por la tarde y sin ningún plan a la vista más que sentarme en el sofá bajo mi manta favorita destripando los últimos cotilleos y tendencias de todas las revistas de moda. De repente suena el teléfono, es mi amigo Víctor que busca urgentemente un acompañante para ver a Lady Gaga. Víctor tenía dos pases especiales pero su chico le había dejado tirado en el último momento.
¿Fortuna divina? No me lo pensé ni dos segundos y accedí a acompañarle. ¿Modelito para Lady Gaga? Sabía que iba a terminar afónica de tanto gritar y bailando como una loca, por lo que aposté por comodidad con unos jeans y un t-shirt de lo más informal. ¿Para los pies? mis bailarinas negras de Pretty Ballerinas por supuesto, siempre a punto para sentirme como en el aire.
Definitivamente sí, estamos ante la nueva reina del pop. Lo siento por Madonna pero ha nacido una nueva reina del pop...Lady Gaga.
Ayer tuve la gran oportunidad de poder ver en concierto a la mayor diva del pop de momento. Su espectáculo, no sólo aumentó con creces mi admiración por ella, sino que además me di cuenta de lo importante que ha sido la cantante en los últimos años para reinventar una nueva moda y un nuevo estilo basado en la transgresión y la libertad.
Como si de un auténtico camaleón se tratara, Gaga no dudó en ofrecer un vestuario diferente para cada canción. Cuero, plásticos transparentes, plumas, alas, brillantes e incluso la bandera de España le sirvieron a la diva para transformarse en la auténtica diosa del escenario.
Entregada y con una voz que te ponía los pelos de punta, Lady Gaga no sólo no defraudó al público madrileño, sino que además nos dejó a todos boquiabiertos con coreografías imposibles y un escenario que recordaba al mundo de Alicia en el País de las Maravillas, pues no dejaba de sorprender y de cambiar en todo momento.
Una pena que el espectáculo se viera afectado por cientos de estafados que compraron entradas falsas a través de páginas web no oficiales.
POr todo lo demás...Impresionante!!!!
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